Seguiré cambiando el rumbo en busca del camino adecuado,
viajaré sola o acompañada, tropezaré destrozándome y la mayoría de las veces con el mismo error.
Al fin y al cabo nunca se para de crecer.
Marcarse objetivos al comienzo del año no deja de ser papel mojado,
quedarse con la superación del día a día sale más rentable.
A pesar de todo nunca se pierde la magia y mi deseo ya está pedido.
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